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ARTÍCULO JESÚS MARIO BLASCO BLANCO SEMANARIO ESPEJO

CARTA ABIERTA A LA SEÑORA DE ORO

Señora “alcaldesa” Pedánea del Real Cortijo de San Isidro:

Hace unos meses, me vi en la necesidad de escribir unas líneas pidiendo disculpas a todos los Cortijeros, en especial a aquellos que confiaron en acipa y en nuestro programa en las elecciones de mayo de 2011. Disculpas por haber presentado una candidata -usted- que no cumplía con los debidos estándares éticos exigibles a toda formación política. Aquel error nos costó muy caro, pero entonces creí humildemente que era mejor no enzarzarnos en batallas estériles que no beneficiaban a nadie.

Ahora reconozco que también ahí volvimos a equivocarnos. Usted confundió prudencia con indolencia, con anuencia, creyó que nuestro silencio suponía barra libre para seguir lanzando ruindades, se creyó con el derecho de poder cruzar todas las líneas rojas imaginables, y ante esto no queda más remedio que levantar la voz. En política, a pesar de lo que usted pueda creer, no vale todo. La mentira es siempre detestable, en cualquier ámbito de la vida, pero hasta dentro de lo detestable hay grados. “Justificar” la traición a unas siglas diciendo que desde su partido se le obligaba a despedir a trabajadores municipales es, de entre todas sus mentiras, la más baja. La más despreciable. Más aún ahora que nos toca vivir el drama del desempleo con toda su crudeza.

Esta afirmación fue hecha por la alcaldesa de Aranjuez en el pasado Pleno Municipal de febrero. Y ante semejante calumnia, solo puedo contemplar tres posibilidades. Que mienta ella, que mienta usted, o que mientan las dos. Su silenciosa complicidad me da siniestras pistas de lo segundo. Viendo lo sucedido en el pasado Pleno del Cortijo, no hay que ser muy imaginativo para pensar así. Allí, usted no tuvo el más mínimo empacho de adjudicarse la elaboración de la práctica totalidad del programa de acipa con el que concurrió a las pasadas elecciones del 22 de mayo, sabiendo que ese programa fue fruto de la colaboración de muchas personas (entre ellas usted, pero no solo usted) y en restarle importancia al hecho de lograr la alcaldía dentro de las filas de una fuerza política de la que ahora reniega. Supongo que ahora también renegará de las aportaciones económicas del partido que le permitieron desarrollar una campaña electoral. Recursos con los que jamás hubiera contado de haber concurrido en solitario (que es lo que debería haber hecho si tan poco confiaban sus compañeros en usted). Casi 3000 euros fácilmente desglosables en gastos en revistas, cartelería, publicidad en medios, trípticos, pancartas y demás. Datos, a diferencia de los suyos, constatables y comprobables, que usted conoce muy bien, puesto que entonces era miembro de la junta directiva de acipa y su tesorera.

Por si fuera poco, dijo en su último turno de palabra sin réplica -algo sin duda aprendido de la actual regidora municipal- que la mejora del transporte público “no era una prioridad” cuando precisamente esta fue la razón por la cual usted se acercó a acipa en 2007. Además, permitió que otros se sumaran al mismo carrusel de mentiras, cuando miembros del equipo de gobierno municipal dijeron que usted se fue del partido por “falta de apoyo” de sus compañeros. En esa misma sala había un nutrido grupo de personas (entre las que me incluyo) que dieron lo mejor de sí mismos para que usted alcanzara la alcaldía del Cortijo. Lo escuchó, no una vez, sino varias de boca de los intervinientes del equipo de gobierno, y no tuvo el más mínimo asomo de honestidad para desmentir tales barbaridades. Usted, que ha ido por diversos foros diciendo que su decisión de abandonar acipa le había costado la amistad de mucha gente, no ha tenido empacho en seguirles traicionando, en seguir riéndose de ellos, con el único propósito de eludir sus propias responsabilidades. Ese día usted humilló conscientemente a todas aquellas personas que le apoyaron en su momento… ¿Cómo puede lamentar el daño que le hizo a esas personas, si sigue haciéndolo, y cada vez con más saña?

No, no se puede ir dejando tantos cadáveres por el camino, lanzando basura eternamente. No se lo merecen los Cortijeros, no se lo merecen sus antiguos compañeros, y creo que en el fondo ni siquiera se lo merece usted misma. Tome la palabra, desmienta las falsedades. Y si quiere persistir en la mentira tenga al menos el arrojo de decirlas por su propia boca, pero no se quede a mitad de camino.

Atentamente.

Jesús Mario Blasco Blanco, Presidente de acipa.